Una observación bastante obvia: amamos la web. Amamos ver los tuits y publicar en el blog, además de actualizar sitios de noticias como ratas de laboratorio. Amamos entrar a la nube, flotando en esa masa de datos como Ícaro y sus alas de plumas.
El solo escuchar el sonido de nuestro iPhone activa regiones del cerebro que involucran amor y compasión, según investigaciones. El lazo que compartimos con nuestras computadoras y teléfonos inteligentes es, para muchos de nosotros, la relación más larga y duradera que hemos tenido.
Pero en cuanto a nuestros dispositivos, la ausencia de éstos no hace que nuestro corazón lata más fuerte. Si te encuentras desconectado de la vida tecnológica (digamos, por ejemplo, que tu teléfono se descompuso o tu laptop está en reparación), tal vez necesites hacer la siguiente pregunta: “¿Puedo usar tu computadora?”
Pero en cuanto a nuestros dispositivos, la ausencia de éstos no hace que nuestro corazón lata más fuerte. Si te encuentras desconectado de la vida tecnológica (digamos, por ejemplo, que tu teléfono se descompuso o tu laptop está en reparación), tal vez necesites hacer la siguiente pregunta: “¿Puedo usar tu computadora?”
Sentarte frente al teclado de otro requiere una mezcla de cortesía y discreción.
Más allá de lo obvio (NO invadas la privacidad de tus amigos abriendo sus archivos o revisando sus correos electrónicos, NO veas sitios de pornografía o descargues virus o busques en Google algo que haga que el Departamento de Seguridad de Estados Unidos vaya por ti), existen algunos tips para tomar en cuenta mientras usas la tableta o computadora de un amigo.
Continúa leyendo si deseas ser un usuario amable de MacBook (Y si eres la tía que deja a sus sobrinos usar la MacBook cuando se quejan de estar aburridos, esto te puede ayudar a establecer reglas antes de prestarles el equipo).
NO: Asumir que el dueño quiere darte su contraseña
Tres de cada cuatro personas usan la misma contraseña para entrar a varios sitios, según un estudio sobre seguridad en internet de BitDefender. Así que si conoces el código de seguridad de tu amigo, puedes entrar a su cuenta bancaria, correo electrónico y aseguradora.
Además, la contraseña puede ser algo vergonzosa (por ejemplo: elvientodebajodemisalas). Solo di “parece que necesita tu contraseña”, y retírate cautelosamente del teclado.
SÍ: Pregunta antes de modificar el disco duro
Es obvio, pero hay que decirlo: no descargues complementos, corras nuevos programas, etcétera, en computadoras que no son tuyas. Si tu amigo no tiene Adobe Reader, esta no es tu noche para acceder al elegante PDF.
Igualmente importante: A menos de que se lo hayas aclarado, no descargues documentos adjuntos. Pueden quedarse en carpetas escondidas, fáciles de encontrar para ti antes de apagar la computadora pero harás un desorden en los archivos de tu amigo.
NO: Dejes rastros de cookies
Es muy molesto usar una computadora después de que un amigo la usó y ver que cuando abres tu Facebook, email, Tumblr y Pinterest, entras con el usuario de tu amigo.
No te apropies de la computadora, mejor, elimina las cookies para que lo que hagas no quede en el navegador de tu amigo. Muchos navegadores llaman a esto modo amnésico de varias formas: en Internet Explorer, es InPrivate Browsing; en Chrome, es Modo Incognito, en Firefox, es Private Browsing. Solo recuerda que cuando apagues la computadora se acabó. Es mejor prevenir a que tu amigo te juzgue por ver que pusiste en Google “cuando usar has y haz”.
SÍ: Controla tus juicios
Todos buscamos cosas vergonzosas, cosas que, gracias a las computadoras personales, nuestros amados dispositivos recuerdan siempre.
Ya sea que la historia del navegador revele que tu amigo ha estado buscando qué significa SOPA o a su ex, no debes usar la información en su contra.
Después de todo, te está haciendo un favor. Te está dando la oportunidad de volver a entrar a internet, antes de que empieces a temblar.
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